Coloca la gelatina roja en un tazón mediano. Vierte 2 tazas de agua en una olla y llévala a hervir.
Vierte el agua hirviendo sobre la gelatina y revuelve bien hasta que se disuelva por completo. Repite el proceso con la gelatina verde.
Vierte la gelatina roja en una bandeja para hornear grande o en un molde, y la gelatina verde en otra bandeja o molde.
Coloca las bandejas o moldes en el refrigerador. Deja que la gelatina se enfríe y cuaje durante aproximadamente 3 a 4 horas.
Cuando la gelatina esté cuajada, prepara la mezcla de leche. Coloca ½ taza de agua fría en un tazón pequeño.
Hierve 1 ½ tazas de agua. Viértela sobre la mezcla de gelatina sin sabor y revuelve bien.
Vierte una lata de leche condensada en la mezcla. Revuelve bien para integrar los ingredientes y luego refrigera durante unos 10 minutos para que se enfríe.
Engrasa un molde para pastel tipo Bundt o un molde de 9x3 pulgadas con aceite en aerosol.
Corta la gelatina en trozos pequeños. Coloca todos los trozos de gelatina en el molde.
Cuando la mezcla cremosa de gelatina se haya enfriado, viértela sobre los trozos de gelatina.
Vuelve a colocar el molde en el refrigerador durante 4 a 6 horas o toda la noche.